Días llenos de olor a pólvora, buñuelos, churros... De ruido con la atronadora explosión de los petardos y los grupos de amigos y turistas que viven la capital del Turia.
De colores de sus ninots y sus fallas, y llenos de esplendor con sus trajes regionales.
Y yo, que nací en un pueblecito de esta comunidad española, no puedo dejar de hacerle un pequeño homenaje.
Os dejo con mis Cherry-falleros. Que está mal que yo lo diga, pero qué bonicos me han quedao.
No hay comentarios:
Publicar un comentario